En el CCK, respondió preguntas; “soy una especie en extinción”, dijo

Por Natalia Blanc.

A tres meses de cumplir 87 años, Harold Bloom perdió el pelo pero no las mañas. Ayer, en una videoconferencia desde New Haven, el escritor y ensayista estadounidense se mostró tan provocador como siempre. El autor de El canon occidental, entre muchos otros títulos, dijo que el premio Nobel de Literatura otorgado a Bob Dylan “es un chiste” y que el estudio académico de la obra de William Shakespeare en los últimos cincuenta años ha sido un “desastre”.

Organizada por la Fundación Romeo, en el marco del lanzamiento de la Red de Festivales Shakespeare Argentina y del cierre del festival Shakespeare Buenos Aires 2017, la videoconferencia fue transmitida en vivo en una pantalla gigante ubicada en la Cúpula del CCK. Con Patricio Orozco, director de la fundación, desde Estados Unidos, y Karina Galperín, especialista en Lenguas y Literaturas Romances, desde Buenos Aires, Bloom respondió las preguntas de la moderadora y de los asistentes. Como no podía ser de otra manera, la charla con el autor de Shakespeare: la invención de lo humano comenzó con dos pesos pesados de las letras: Shakespeare y Cervantes, cuando acaban de cumplirse 400 años de sus muertes. Sentado frente a la pantalla de la computadora, con suéter negro y aire cansado, Bloom comparó el legado de ambos escritores: “Shakespeare y Cervantes siguen siendo el centro del canon occidental. Son grandes en términos de imaginación y talento”. Con respecto al estudio de la obra del dramaturgo británico, el crítico no tuvo piedad: “En el último medio siglo, la recepción académica de Shakespeare fue desastrosa. Se ha politizado. Y otro desastre es la representación actual de sus obras. Hace sesenta años que lucho contra eso: los directores alternativos creen que pueden entender el concepto de Shakespeare mejor que él mismo. Pero, créanme, he visto deformidades”.

Ante una pregunta sobre su controvertido canon de escritores occidentales, Bloom volvió a renegar de la lista de autores que los editores le impusieron. “Hay nombres que no deberían estar y otros que faltan como poetas argentinos y chilenos y autores orientales que incluiría si hiciera un canon de Oriente”. Además, arremetió contra Donald Trump: “Es una pesadilla apocalíptica”. Claro que tampoco se privó de reírse de sí mismo: cuando le preguntaron por el uso de blogs y redes sociales para difundir la literatura contemporánea, explicó que está muy lejos de todo eso. “Algunos me llaman Bloom-saurio. Soy como un dinosaurio, una especie en extinción”.

 

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